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ESTILO MINIMALISTA: MENOS ES MÁS

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El estilo minimalista es un estilo funcional que nació durante los años sesenta por influencia de la Escuela de Arte Bauhaus y con el desarrollo del arte occidental posterior a la Segunda Guerra Mundial. Esta tendencia de decoración se basa en utilizar el menor número de elementos posibles, ganando funcionalidad y sobriedad. En ella, los elementos más sencillos ganan importancia, como podéis comprobar en nuestra colección minimal.

En sus comienzos, el Minimalismo se enfrentaba a una sociedad en la que el Pop Art era tendencia. Este era un estilo que enfatizaba el consumismo del ser humano basándose en el exceso de elementos decorativos. Sin embargo, el estilo minimalista era todo lo contrario; buscaba traer paz y tranquilidad a la sociedad del consumo.

Los seguidores del estilo minimalista sostienen que reducir al mínimo los elementos decorativos les conducirá a la felicidad. De este modo, se consiguen espacios luminosos y relajantes. Estas personas eligen vivir con lo mínimo necesario y, por eso, tienen una decoración austera: una cama, una mesa y una silla. Tener estanterías abarrotadas de objetos, decorar cada esquina de la casa o pintar las paredes con colores chillones, no va con ellos; prefieren poco, pero de calidad.

El estilo minimalista ayuda, entre otras cosas, a liberar estrés. La hiperconexión en la que vivimos nos crea la necesidad de disponer de un espacio limpio y sereno al llegar al nuestro hogar. Si nos deshacemos de objetos decorativos inservibles, a nivel funcional, podremos prestar atención a las cosas que realmente importan en la vida. Con el minimalismo, conseguimos crear espacios que brillen por su simplicidad, sin exceso de ornamentos ni detalles, que hagan sentirse relajados a quienes habiten en ellos.   

Para lograr este estilo minimalista de sencillez y elegancia, hay que tener en cuenta varios puntos.

Iluminación en el estilo minimalista

Para la iluminación, se apuesta por la luz natural: abrir las ventanas, colocar unas  cortinas más translúcidas, y así aprovechar toda la luz natural que se pueda.  Si no disponemos de entrada de luz natural, podemos optar por lámparas de estilo discreto y con muchos focos, como esta lámpara de mesa negra disponible en varios colores.

Los espejos grandes son también un elemento muy socorrido para reflejar la luz y hacer que el espacio quede visualmente más grande. Un ejemplo de ello es este espejo de vestidor blanco, que además de útil, aumenta la sensación de espacio disponible en la habitación.

Uso del mobiliario en el estilo minimalista

En el estilo minimalista se deben utilizar pocas estanterías, repisas o armarios para evitar almacenar objetos innecesarios. Los muebles suelen tener líneas rectas, cuadradas y simples, aunque lo más importante es que sean funcionales.

En nuestras estanterías minimalistas de pared disponemos de espacio suficiente para colocar diversos objetos, sin llegar a saturar la decoración. Con ello, no se crea un efecto recargado, si no que la habitación sigue resultando igual de espaciosa.

 

Los colores en el estilo minimalista

Los colores más adecuados para conseguir un estilo minimalista son el blanco, el gris y el negro. El uso de colores neutros y puros, con fondos monocromáticos, ayuda a conseguir esa sensación de luminosidad y austeridad.

Además, si los combinamos con materiales como la madera, el cemento, el acero, el vidrio y las piedras, conseguiremos un efecto mucho más natural en la estancia. Con un set de cajas de madera, por ejemplo, podemos aportar un toque diferente a  una decoración austera.

Para conseguir crear estancias únicas, hay que darles un toque personal. Esto lo podemos conseguir utilizando, por ejemplo, algún color llamativo. El contraste de color en el estilo minimalista está permitido, pero no es conveniente abusar de él. Recomendamos aportar algo de color a través de algún elemento decorativo, como una alfombra o un almohadón.

 

Adornos en el estilo minimalista

La ornamentación en el estilo minimalista también tiene su importancia. Para que los adornos combinen con el resto del hogar, debemos saber integrarlos y conseguir que pasen desapercibidos.

Por otro lado, también se pueden utilizar para conseguir el efecto contrario, es decir, para destacar una estancia y hacerla única. Por ejemplo, con un ramo de flores o cualquier otro adorno en un tono más oscuro, podemos aportar carácter a una habitación de estilo minimalista.

 

Materiales en el estilo minimalista

Los materiales utilizados en el estilo minimalista aportan personalidad a nuestra decoración. En el estilo minimalista abundan especialmente los materiales lisos y sencillos que crean un efecto natural. Destaca el uso de la madera y los materiales rústicos, como el cemento alisado, el vidrio, el acero y las piedras mínimamente manipuladas.

El cristal es otro de los materiales que se utilizan para aportar claridad y luminosidad. El vidrio se puede utilizar tanto en mobiliario y ornamentación, incluso  en grandes ventanales y separadores de estancias.

El aluminio y el acero aportan funcionalidad, un concepto muy ligado al estilo minimalista, por lo que no desentonará en la decoración general del hogar. Se pueden utilizar desde pequeños elemento como relojes de cobre, hasta elementos más imponentes como estanterías o galanes.

 

El resultado será un hogar elegante y sencillo, con estancias que nos producirán una sensación de paz y armonía. ¿A quién no le apetece volver a casa y poder relajarse completamente? Consigue crear un rincón muy personal, tranquilo y luminoso donde desconectar al salir de trabajar. 

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